Víctor – M. Amela (La Vanguardia)
Tengo 47 años. Soy gallego. He sido espía para el Centro Nacional de Inteligencia del 2000 al 2013, y para el Ministerio del Interior. Estoy casado y tengo dos hijos. ¿Política? ¡El buen espía no debe tener ideología política! No tengo creencias religiosas. La aversión motiva.
Hablo con este señor y entiendo que ser espía es tener contactos idóneos en lugares adecuados, y estimularlos para que recaben datos y detalles.
Reunir esa información y enviarla al CNI para que la cruce con otras: a eso llamamos espionaje, por ser peliculeros. Pero es eso: coleccionar datos. David R. Vidal, en sus trece años al servicio del CNI como agente Juan, se especializó en tramas de tráfico de personas desde África y Asia hacia
Europa. Ahora que ya lo ha dejado, relata aspectos pintorescos de sus indagaciones en Diario de un espía (Cúpula Enigmas), y ha fundado la consultora privada GlobalChase, pionera en España en impartir clases de inteligencia.
Estoy ante un espía?
Ya no. O quizá sí…
¿Para quién ha espiado?
Para el Centro Nacional de Inteligencia, del 2000 al 2013, y para Interior.
¿A quién espiaba?
Reunía datos e informaciones sobre personas y sus actividades, domicilios, matrículas… Yo servía lo que se me pedía.
¿Qué servicio le ha enorgullecido más?
Logré organizar una red de inteligencia en África, mediante muchos viajes, formada por 25 informadores en 16 países africanos: me reportaban muchos datos, muy valiosos.
¿Para saber qué?
Quiénes intervienen en todas las etapas de canalización de inmigrantes africanos hacia España: dónde recalan, quién organiza viajes, dónde se fabrican motores de cayucos…
¿Con qué objetivo?
No es cosa mía. Lo mío es pasar los datos que me piden, y cobrar por informar.
¿Lo que hagan con sus informes no le preocupa?
El buen profesional del espionaje no se plantea la ética de los objetivos. Si eso te inquieta…, mejor dedícate a otra cosa.
¿Facilitaría datos si supiera que son para matar a alguien?
Sí. Pero no pregunto.
Tendrá usted su corazoncito..
Me gustó que mis informes permitieran abortar operaciones de barcos negreros, cargueros de inmigrantes estafados…
¿Sabe si ha perjudicado a alguien?
Una empresa de catering iba a servir una cena al Rey en un acto, y uno de los camareros era un independentista radical…
¿Cómo lo sabían?
Para eso está el servicio de inteligencia… Y preparaba alguna acción contra el Rey…
¿Un atentado?
O quizá derramarle la sopa caliente encima.. Da igual, lo que fuese. ¿Cómo se evitó?
Deteniéndole.
No había hecho nada… Se evitó con sutileza: se habló con la empresa de catering… y fue despedido. Por “recorte de personal”…
¿Y el tipo nunca sospechó nada?
Nada. Por eso este caso es un buen ejemplo de un buen servicio de inteligencia.
Pero la inteligencia a veces no se entera: mire el 23-F, mire el 11-M…
Hoy la dificultad consiste en procesar millones de datos. Por eso sucedió el 11-S: había datos, pero hubo descoordinación entre las diversas agencias de inteligencia.
¿Hay descoordinación en España? Para evitarla acaba de crearse el Centro Nacional de Coordinación Antiterrorista (CNCA), para que no se entorpezcan Guardia Civil y Policía, Mossos, Ertzaintza…
¿Se entorpecen?
A veces se tirotean entre ellos… Policía y Guardia Civil se llevan a matar. Demasiada competitividad por colgarse medallas…
¿Y no la hay en el CNI?
No compite, no tiene que arrestar a criminales: sólo pasar información al Gobierno.
¿Qué papel tienen los Mossos?
A veces desbaratan operaciones de inteligencia: basta con pedir identificación ruidosamente de un agente secreto.
¿Aspira la Generalitat a su propio centro de inteligencia?
Sería razonable… siempre que no actuase contra el Reino de España.
¿Cómo fichaba a sus informadores?
Con dinero, con promesas de facilitarles la entrada en España, explotando rencores…
¿Rencores?
Nada hay más motivador que querer fastidiar a alguien, desearle “que se joda”.
¿Cuál es el perfil del buen espía?
Discreto y comprometido: no ser bocazas y ser riguroso, jamás decir una cosa por otra.
¿Está bien pagado?
Yo cobraba unos 2.000 euros mensuales, más los gastos, más lo que presupuestaba para contentar a mis informadores.
¿Y cómo le captaron a usted?
Había ayudado a chicas explotadas a conseguir papeles de residencia, y ya me conocían en medios policiales…
Cíteme algún caso que investigase.
Los grupos que reivindican Ceuta y Melilla para Marruecos actúan en momentos en que los gobiernos marroquí y español tienen
que negociar algo: usan pegatinas en vez de pintadas, para no estropear el mobiliario urbano, y las pegan a la luz del día…
O sea, los activa el Rey de Marruecos…
Yo sólo transmito los datos.
¿Cómo ve lo de Ceuta?
Fallos aparte, siempre habrá bolsas de inmigrantes: ¡no habrá valla que los frene!
¿Hay allí yihadistas, como fabula la serie de televisión El Príncipe?
Mera ficción: no es lugar de captación.
¿Cómose han tomado en el CNI que usted hable de su trabajo?
No perjudico al centro, no doy nombres, omito datos… pero no les ha hecho gracia.
¿Por qué dejó de ser espía?
Fuimos distanciándonos, y también fueron congelando presupuestos desde el 2012…
¿Qué espía ha sido el mejor?
Aquel del que no tenemos ni remota idea.
¿Sabe si alguien está espiándonos?
No creo: ya saben lo que voy a contarle.